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La Coloproctología es vital en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades del colon, del recto y el ano. Su enfoque abarca desde condiciones benignas, como pólipos o hemorroides, hasta cánceres complejos, como el cáncer colorrectal, y lo hace mediante avanzadas técnicas quirúrgicas.

Pero la escasa información que tienen los pacientes sobre los tratamientos que ofrece esta especialidad y el estigma asociado a varios de los síntomas de estas patologías pueden provocar que se consulten varias especialidades antes de acudir a un coloproctólogo que realice un diagnóstico preciso o se pida una opinión médica en etapas avanzadas de las enfermedades.

La Coloproctología es una subespecialidad médica que se enfoca en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades que afectan el colon, el recto y el ano. Y lo hace, especialmente, a través de intervenciones quirúrgicas.

El cirujano especialista en Coloproctología de Clínica Biobío, Dr. José Manuel Vivanco, explica que la principal diferencia con otras especialidades que se preocupan de trastornos en estas áreas del tracto digestivo radica en que el coloproctólogo está específicamente entrenado para realizar cirugías y procedimientos quirúrgicos complejos en esta región del cuerpo.

Aunque algunas personas consideran incómodo buscar orientación médica ante los síntomas propios de las patologías que trata la Coloproctología, lo cierto es que son más comunes de lo que se cree, y afectan a un alto porcentaje de la población.

Esta demora puede llevar a que estas enfermedades se diagnostiquen en etapas avanzadas, complicando su tratamiento. “Sabemos que la intervención temprana es crucial para un manejo eficaz y un mejor pronóstico, por eso, es importante difundir qué patologías puede tratar la Coloproctología, así como sus herramientas diagnósticas y sus técnicas quirúrgicas que, gracias a la tecnología, son cada vez menos invasivas y facilitan una recuperación más rápida que una cirugía tradicional”, añade el especialista.

¿Cuándo visitar a un coloproctólogo?

Es esencial prestar atención a los síntomas que pueden indicar la necesidad de consultar a un coloproctólogo. Los signos más relevantes incluyen dolor abdominal, alteraciones en el tránsito intestinal, como diarrea alternada con constipación; dolor, secreción o una lesión anal y sangrado en las deposiciones. “Sangrar nunca debe ser considerado como algo normal”, aclara el Dr. Vivanco.

La Coloproctología abarca un amplio espectro de patologías, como pólipos de colon, enfermedades inflamatorias intestinales, entre las que se encuentran la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn; trastornos del piso pélvico y enfermedades proctológicas, como las hemorroides, fístulas, fisuras anales, abscesos, prolapso, incontinencia fecal y cáncer de ano. Este último, vinculado a la infección del virus papiloma humano, que es una enfermedad de transmisión sexual. Pero, sin duda, una de las afecciones más serias y comunes que trata es el cáncer colorrectal, que casi no presenta síntomas en sus primeras etapas y, de hacerlo, suelen ser leves o parecer atribuibles a otras causas menos preocupantes, como sucede con las diarreas o el estreñimiento.

“La ausencia de programas de detección temprana de cáncer colorrectal en Chile agrava la situación, porque muchos pacientes solo buscan atención médica cuando ya presentan síntomas (sangrado, dolor abdominal persistente o pérdida de peso), lo que frecuentemente indica que este se encuentra en etapas avanzadas”, señala.

Múltiples consultas

El Dr. José Manuel Vivanco destaca el aumento de enfermedades de transmisión sexual por vía anal, las que en ocasiones presentan síntomas similares a otras dolencias. “El dolor anal puede tener diversas causas, y, a menudo, los pacientes pasan por múltiples consultas sin un diagnóstico preciso. Frecuentemente se prescriben tratamientos para hemorroides sin una evaluación completa, lo que puede ocultar condiciones más graves, como herpes tipo 2, cáncer de ano o melanoma anal. Por lo tanto, es crucial que cualquier paciente con dolor, sangrado o molestias persistentes en la zona anal sea evaluado por un coloproctólogo, para asegurar un diagnóstico adecuado y un tratamiento eficaz”, explica el especialista.

Cirugía laparoscópica: un avance clave

La Coloproctología se ha beneficiado enormemente de los avances tecnológicos en los últimos años. Estas innovaciones han permitido una mejora significativa en la precisión diagnóstica y en la eficacia de los tratamientos.

Entre ellos destaca la cirugía laparoscópica, una técnica mínimamente invasiva que, según señala el especialista, se ha convertido en el estándar para la mayoría de las cirugías colorrectales en Clínica Biobío. “Se trata de una técnica que permite a los pacientes una recuperación más rápida y con menos complicaciones en comparación con la cirugía tradicional”, agrega.

Los procedimientos endoscópicos avanzados también son una parte integral de la oferta de la Clínica. Estos procedimientos incluyen la extracción de pólipos grandes y el tratamiento de diversas patologías mediante herramientas especializadas que facilitan una intervención precisa y efectiva.

Herramientas diagnósticas

En Clínica Biobío se emplea una variedad de técnicas avanzadas para el diagnóstico de enfermedades coloproctológicas. Entre los métodos más destacados se encuentran:

• Imágenes por scanner y resonancia magnética: Proporcionan detalles cruciales sobre la estructura y las posibles anomalías en el colon y el recto. La resonancia magnética, en particular, se utiliza con protocolos especiales para evaluar enfermedades complejas como las fístulas anales y para etapificar el cáncer de recto con alta precisión.
• Colonoscopía: Este procedimiento endoscópico -que permite examinar el interior del colon y el recto con gran detalle- es fundamental para la detección y evaluación de pólipos, cánceres y otras anomalías de estas áreas. Se recomienda realizar una colonoscopía a partir de los 40 años. Si los resultados son normales, se debe repetir el examen cada cinco años. En casos donde se detecten pólipos, el intervalo de seguimiento puede variar, pues algunos pólipos requieren revisión anual, mientras que otros se controlan cada tres años. Si la colonoscopía no es una opción debido a su costo u otras razones, la prueba de sangre oculta en deposiciones es una alternativa a la detección precoz en pacientes asintomáticos. En ningún caso se utiliza en pacientes con síntomas. Un resultado negativo indica una baja probabilidad de cáncer, mientras que un resultado positivo requiere una colonoscopía para confirmación.
• Tránsito colónico: Para pacientes con constipación crónica, se realiza un estudio que utiliza marcadores radiopacos para evaluar el tiempo de tránsito en el colon, lo que ayuda a identificar problemas funcionales específicos.
• Defecografía por resonancia: Es una técnica innovadora que implica la inyección de un medio de contraste para ofrecer una visión dinámica del comportamiento del aparato digestivo durante el pujo, ayudando a identificar problemas específicos como prolapsos o rectocele.

Estos avances no solo permiten una mejor detección y tratamiento de las condiciones coloproctológicas, sino que también aseguran que los pacientes reciban una atención de alta calidad y a la vanguardia.