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Cuando se acerca el término de las vacaciones, muchas personas se olvidan de lo importante que es seguir cuidándose del sol. Aunque esté nublado o los días sean más fríos, su radiación es dañina para la salud porque puede ocasionar quemaduras que producen envejecimiento prematuro, daño ocular e, incluso, cáncer de piel.

Por eso, debes extremar los cuidados en toda época del año. “Si bien las quemaduras solares son superficiales y causan, en el peor de los casos, ampollas en la zona afectada; es muy importante prevenirlas porque dañan el ADN de las células de la piel, aumentando el riesgo de cáncer”, dice el Dr. Marco Hidalgo, dermatólogo de Clínica Biobío y especialista en Oncología Cutánea.

Otro factor a considerar es el tipo de piel. “Se clasifica en 6 fototipos: Desde el 1 que corresponde a pieles muy blancas y ojos celestes, hasta el 6 que es un afroamericano; donde las del tipo 1 no logran broncearse nunca pero sí se queman, pueden hacer ampollas y tienen mayor probabilidad de desarrollar cáncer a la piel. En Chile somos del tipo 4”, explica el Dr. Hidalgo.

El dermatólogo también advierte que es más peligroso exponerse a la radiación solar en forma intermitente e intensa -como cuando uno va de vacaciones y se quema mucho- que hacerlo de manera constante y dosificada -como el caso de personas que viven en la playa, hacen deporte al aire libre o trabajan bajo el sol-.

Algunas recomendaciones para prevenir las quemaduras solares, en cualquier estación del año pero sobre todo para los días de verano donde la radiación es más intensa, son las siguientes:

•  Evitar la exposición entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde. Cuando el cuerpo no es capaz de producir sombra son las horas de mayor radiación solar.
•  Aplicar protector con factor 30 como mínimo, media hora antes de estar bajo el sol, de manera generosa y uniforme, sin olvidar orejas, empeines, cuello, párpados y labios. Reaplicar después del baño, si transpiras mucho o cada 2 horas y aunque esté nublado.
• En lo posible, utilizar ropa, trajes de baño y anteojos con filtro UV. Además de sombreros de ala ancha, quitasol y tratar de permanecer en la sombra. No olvidar que el agua, la arena blanca y la nieve intensifican la acción de los rayos solares, haciendo que la radiación llegue de rebote.

Si tomaste sol y ves tu piel enrojecida, está caliente al tacto y sientes dolor en la zona expuesta, probablemente tengas una quemadura solar. En ese caso, puedes hacer lo siguiente:

• Usar compresas húmedas y frías en el lugar de la quemadura.
• Tomar analgésicos o antiinflamatorios.
• Darse baños de inmersión o duchas frescas.
• Ponerse cremas post solares, hidratantes o con propiedades antiinflamatorias y descongestivas.
• Protegerse del sol en los días posteriores.

El Dr. Hidalgo cuenta en qué casos una persona tiene que acudir a una consulta médica. “Si el paciente está con síntomas sistémicos, es decir, dolor muy intenso, aparición de ampollas en una amplia superficie del cuerpo, entre otros; debiera ir a un centro asistencial porque se pierde mucho líquido y se necesita cuidado”.