Cuidados para la piel de los niños en verano
En esta época del año existe una mayor radiación ultravioleta, por lo que es necesario aumentar las precauciones a la hora de exponerse al sol, particularmente en el caso de los más pequeños.
Comienzan las vacaciones y las actividades al aire libre, lo que muchas veces significa que la piel del cuerpo queda expuesta por un largo periodo de tiempo a los rayos solares. Esto tiene varios beneficios para las personas, como su bienestar mental y la generación de vitamina D. Sin embargo, también se corre el riesgo de sufrir daños sin la protección adecuada.
Esto es especialmente peligroso para la piel infantil, que es más sensible a la radiación ultravioleta (UV), una de las principales causas del deterioro cutáneo y que tiene efectos acumulativos e irreversibles, sobre todo en edades tempranas. “Aproximadamente, el 80% de la radiación ultravioleta acumulada durante nuestra vida se recibe antes de los 20 años, por lo que es fundamental extremar precauciones en la infancia”, comenta el Dr.Bernardo Bancalari, dermatólogo de Clínica Biobío.
La piel de los niños es más delicada que la de los adultos por varias razones. A pesar de tener el mismo número de capas, su espesor es mucho menor. “Su capa más externa, que es la que protege de los factores medioambientales, es más delgada y sus células están menos densamente compactadas. Por lo tanto, su barrera de protección es menos eficiente ante los rayos UV que la piel del adulto”, explica el Dr. Bancalari.
También, tienen una menor capacidad de producir melanina, por lo que presentan una sensibilidad mucho mayor a los rayos UV, que se dividen en 3 tipos según su alcance: A, B y C, de mayor a menor, respectivamente. Se debe tener cuidado con los dos primeros, ya que los rayos UVC son absorbidos por la capa de ozono antes de que lleguen a la superficie terrestre.
La radiación UVA es muy potente y está presente durante todo el año. Es capaz de traspasar las nubes, los vidrios de las ventanas y la piel en un 80%. “Aunque sus consecuencias no son visibles a corto plazo, sí es la responsable del envejecimiento prematuro, además de colaborar en el desarrollo de melanoma”, dice el dermatólogo.
Los rayos UVB son de gran intensidad, principalmente en verano, aumentando a partir de las 10 de la mañana y disminuyendo después de las 4 de la tarde. Son los que causan quemaduras solares y pueden provocar cánceres cutáneos.
Por eso, los médicos recomiendan evitar permanecer bajo el sol en el horario de mayor riesgo. El Dr. Bancalari agrega los siguientes consejos de prevención:
Cubrir la piel con un bloqueador de mínimo 30 SPF (factor de protección solar), resistente al agua y que proteja contra rayos UVA y UVB.
Se debe aplicar entre 15 y 30 minutos antes de la exposición solar y reaplicar cada 2 o 3 horas, después del baño o sudor excesivo.
Disminuir actividades al aire libre entre las horas de mayor radiación, es decir, entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde.
En lo posible, vestir a los niños con ropa y trajes de baño con filtro UV. Además de gorros o sombreros.
Proteger la piel infantil de la misma manera en días nublados y aunque estén bronceados.
Intentar que los pequeños tomen harta agua durante el día. Así se mantienen hidratados por dentro y por fuera.
Limpiar la piel y aplicar cremas hidratantes.
Aumentar el consumo de frutas, hortalizas y verduras, ya que poseen propiedades antioxidantes que colaboran con la regeneración celular de la piel.
No olvidar utilizar anteojos de sol, ya que la exposición solar acumulada puede ocasionar cataratas a largo plazo.
Por último, y no menos importante: predicar con el ejemplo. Los niños tienden a imitar el comportamiento de los mayores, por lo que la aplicación de fotoprotector y medidas generales también deben aplicarse en los adultos.
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