¿Influenza, sincicial o coronavirus?
Las patologías causadas por estos virus, comparten varios de sus síntomas más comunes: fiebre, dolor de cabeza, tos y dificultad para respirar, entre otros. Te explicamos cómo diferenciarlos y cuándo debes acudir a una consulta médica.
Cuando baja la temperatura se dan las condiciones que favorecen la propagación de distintos virus como el respiratorio sincicial (VRS) y la influenza. El año pasado disminuyeron considerablemente su circulación por las cuarentenas, distanciamiento social y suspensión de clases. Pero no se sabe con certeza qué puede pasar este invierno con el alza de contagios de COVID-19, sus nuevas cepas y el posible levantamiento de las restricciones.
Por eso, a la hora de presentar molestias asociadas a estos virus respiratorios, es importante que puedas diferenciarlos, conociendo sus principales síntomas:
Influenza
Lo más característico es que se manifiesta en forma súbita, provocando una repentina fiebre alta, sobre los 38° C . Los pacientes experimentan cansancio y debilidad extremos, dolor muscular y en las articulaciones, congestión y goteo nasal, tos, dolor de cabeza y malestar frente a la luz.
Virus respiratorio sincicial
Se presenta con síntomas leves similares a los de un resfrío: congestión nasal, tos seca, poca fiebre y dolor de garganta. Pero, en algunos casos, el virus puede extenderse al aparato respiratorio inferior, causando neumonía o bronquiolitis -inflamación de las vías respiratorias que ingresan a los pulmones- produciendo fiebre alta, tos intensa, respiración rápida o dificultad respiratoria, con un sonido parecido a un silbido al momento de exhalar.
Es más común en niños menores de 2 años, en los cuales se puede observar hundimiento de la piel y los músculos del pecho en cada respiración. También puede provocar inapetencia e irritabilidad.
Coronavirus
Se han registrado diversas manifestaciones de COVID-19, las que pueden ser muy leves, como un resfrío común, hasta casos graves que requieren hospitalización con ventilación mecánica. Los síntomas más frecuentes son fiebre de 37,8° C o más, tos seca, pérdida del gusto y del olfato, dolor de cabeza intenso, dificultad respiratoria, dolor torácico y muscular, dolor de garganta al tragar y diarrea.
Otra característica que comparten estos virus es que se transmiten vía aérea. Pueden entrar a nuestro organismo por la nariz, por la boca o a través de las gotas que producen los portadores cuando hablan, estornudan o tosen.
Todas las personas son susceptibles de contraer alguna enfermedad del tipo respiratorio, pero son los niños pequeños, los adultos mayores de 65 años y los enfermos crónicos quienes corren el riesgo de caer rápidamente en dificultades respiratorias serias. Por lo tanto, es importante acudir a una consulta médica si hay fiebre sobre los 38° por más de dos días, inapetencia y tos con mucha secreción. Y si notas que el cuadro es más severo, con dificultades respiratorias o falta de oxígeno, es mejor que vayas directamente a un servicio de Urgencia.
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