X

Novedades

Reserva tu Hora

“Llegué sintiéndome casi inválida y salí como nueva”

De urgencia llegó Rosa Uribe Lara (63) a Clínica Biobío tras sufrir un infarto al corazón. Relata que llevaba un par de semanas sintiéndose mal, con dificultad para respirar y un agudo dolor al pecho. “Como mujer, uno suele postergar su salud. Piensa: ‘no debe ser nada serio, ya se me va a pasar’. Pero al ver que cada día me sentía peor, fui al consultorio, donde me hicieron un electrocardiograma; pero como ese examen no lee las arterias, creyeron que estaba todo bien... Fui con mi médico de cabecera, y él me pidió una ecografía y un test de esfuerzo, y de inmediato me dijo que buscara un buen cardiólogo, porque se trataba de algo serio”, detalla.

Fue así como Rosa llegó a Clínica Biobío, a la consulta del Dr. Guillermo Ibieta, cardiocirujano, quien tras revisar los exámenes le indicó que debía hospitalizarse, pues había sufrido un infarto al miocardio. Al día siguiente, Rosa fue ingresada a la UTI, donde la prepararon para una angioplastia coronaria, procedimiento que permitió destapar la arteria que tenía completamente obstruida. “Todo fue muy rápido, de un día para otro, y esa acción me salvó la vida. De no ser por la rápida decisión del médico, quizás hoy no estaría acá”, confiesa.

Añade que cuando despertó tras el procedimiento, que se extendió por cerca de dos horas, ya no sentía ningún dolor ni malestar. “Es una cosa tan increíble haber entrado con tanto dolor, sintiéndome casi inválida y haber salido como nueva... Ahora mi vida es otra. Fue mágico, de verdad. Y, por lo mismo, estoy súper agradecida de todos en la Clínica: el Dr. Ibieta, que me salvó la vida; el Dr. Muñoz, el Dr. Román, tan cercanos, y todo el personal en la UTI, siempre preocupados... Quedé admirada de la calidad de la atención”.

Dos días después, Rosa volvió a su casa y retomó su rutina. A la semana fue a un control con el Dr. Ibieta, quien la encontró “regio” y le recomendó asistir a sesiones kinesiológicas con una profesional especializada en pacientes post-infartados.

Al finalizar, Rosa hace un llamado a todos a cuidarse y preocuparse de su salud. “Como soy una persona muy activa, hago deporte y no fumo ni bebo, nunca pensé que podía sufrir un infarto. Yo soy podóloga, trabajo a domicilio y antes participaba de muchas otras actividades. Ahora entiendo que me estaba exigiendo demasiado, hacía demasiadas cosas y el estrés me pasó la cuenta. Entonces, el mensaje que quiero dejar es que hay que cuidarse, no exigirse tanto y ante cualquier dolor o síntoma extraño, por pequeño que parezca, ir a médico. Ahora, si puede ir a Clínica Biobío, mejor, porque se va a la segura: los médicos son muy capaces, pero también muy humanos; la atención excelente. Uno se siente acogida, confiada, tranquila. Realmente, no sé si mi recuperación habría sido tan buena si hubiese acudido a otro lugar porque más allá de lo médico, también juega un papel importante la parte anímica, que tiene que ver con la actitud de quienes trabajan en la Clínica, el buen trato, la preocupación. Uno siente que es importante para el médico y eso es maravilloso”.

 

 



Ver más novedades

Separacion