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Advertir a tiempo las señales que su cuerpo estaba enviando, y la oportuna atención de los especialistas, permitieron descubrir que su tumor había vuelto.  

Nelly Balladares tiene 66 años y es de Parral. Hace algunos años fue intervenida por un tumor encéfalo craneano, pero jamás pensó que volvería a pasar por lo mismo.  

“Yo le decía a mi esposo que veía borroso, como si hubiera humo”, señala la paciente. Esta situación se repitió en más de una ocasión, por lo que su marido le recomendó consultar con un oftalmólogo. 

Luego de ser evaluada y realizarse una serie de exámenes, descubrió que había perdido la visión del ojo derecho. “Pero eso no fue todo. El doctor me dijo que creía saber mi problema, pero que tenía que ir al neurólogo para confirmarlo”, explica Nelly.  

Angustiada, pidió hora con un especialista, el que le solicitó hacerse una resonancia con contraste. Tras el examen, fue la llamada del centro médico donde se atendió, lo que terminó de preocuparla. “Me dijeron que debía ir por los resultados de manera urgente”, recuerda y agrega: “Me puse pálida, no fui capaz de hablar y mi esposo tuvo que seguir las instrucciones”. 

Fue así como se enteró de que nuevamente tenía un tumor encefalocraneano y llegó a Clínica Biobío,  donde la atendió el Dr. Jaime Pinto, neurocirujano y Director Médico de la Clínica. 

“La señora Nelly tenía un tumor transcraneano del que se operó en Santiago el año 2013, un craneofaringioma, pero lamentablemente este volvió a crecer”, explica el profesional y añade: “En esta oportunidad ocupamos una técnica completamente distinta, una cirugía exéresis endonasal endoscópica; en este procedimiento un endoscopio es introducido por la nariz, en lugar de cortar el cráneo para extraer el tumor. Además, tiene una rápida recuperación”. 

Luego de la operación, Nelly comenzó a recuperarse de manera satisfactoria y hoy lleva una vida completamente normal. Confiesa que desde que conoció al Dr. Pinto sintió mucha seguridad. “Confié plenamente en sus manos, en su persona. Ahí aterricé y dije: voy a estar bien. Hoy no tengo secuelas y estoy totalmente agradecida de Clínica Biobío. Volví a la vida, a estar con mi familia, mis nietos y mi esposo, que son lo que más quiero”, finaliza.