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La técnica que se llevó a cabo por primera vez en el recinto, consistió en la aplicación de un parche 32 veces más fuerte que el que disponible en el mercado.

Margot Ulloa Rojas tiene neuropatía intercostal hace cuatro años, una afección que daña el sistema nervioso y cuya característica principal, es el dolor continuo e intenso en la zona baja de la espalda: “El tratamiento tradicional que estaba siguiendo hasta ahora, con fármacos orales, no me ayudaba a aliviar el malestar que sentía desde el esternón hasta la columna vertebral”, afirma.

El Dr. Leonardo Suazo, fisiatra de Clínica Biobío, explica que la paciente es portadora de una neuropatía periférica secundaria a una infección por herpe zóster, y uno de sus riesgos, es que genera un daño neurológico y una dolencia de difícil manejo”.

Frente a este antecedente, el Dr. Germán Acuña Anestesiólogo, realizó por primera vez en nuestro centro de salud, un procedimiento no invasivo y complementario para apaciguar los síntomas de esta patología: “La tecnología disponible en Chile para la fabricación de cremas que se indican en estos casos, permite la elaboración de parches cutáneos de capsaicina al 0,25% y, en esta oportunidad, se aplicó uno al 8%, es decir, 32 veces más fuerte”.

Respecto a la forma de administración, el especialista en Anestesiología y Terapia del Dolor, detalla: “El principio activo atraviesa la piel y destruye los terminales nerviosos, por lo tanto, no se puede conducir el dolor hacia la medula espinal ni hacia el cerebro”.

En este sentido, Margot Ulloa Rojas reconoce que, si bien siente un malestar al aplicarse el parche, está muy satisfecha con el resultado de este tratamiento. “Me dejó bien, sin dolor”, finaliza.